La energía fotovoltaica es la transformación directa de la radiación solar en electricidad. Una de las principales virtudes de la tecnología fotovoltaica es que se adapta a muchos tamaños: desde enormes plantas fotovoltaicas en suelo hasta pequeños paneles para tejados en viviendas.
Por tanto, las posibilidades de aplicación de la energía solar fotovoltaica son inmensas y abarcan desde las más simples (pensemos en calculadoras y relojes solares) a las más complejas (grandes plantas de generación eléctrica o sistemas de alimentación para satélites artificiales).
Además, al ser renovable la energía fotovoltaica tiene numerosos beneficios. Se considera que es la energía más abundante en el planeta y que supera en más de 20.000 veces la cantidad que necesita el planeta completo.
Una de sus principales ventajas es que, en mayor o en menor medida, todos los países pueden usar y beneficiarse de la energía fotovoltaica, puesto que lo único que se necesita es recibir la luz del sol.
Pero, además, podemos mencionar la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la diversificación de los suministros de energía y la reducción de la dependencia de los mercados de los combustibles fósiles (en concreto, del petróleo y del gas).
Cuestión de coste
Su coste es similar, y en algunos casos, inferior al de otras tecnologías de producción de electricidad renovables y convencionales. En 2016, la energía fotovoltaica cubrió el 3% de la demanda eléctrica de España. En el momento en que se produjo el pico de demanda (entre las 13 y las 14 horas del 6 de septiembre) la fotovoltaica representó el 7,2% de la generación de electricidad en nuestro país.
Y aunque la instalación de los paneles solares encargados de transformar esta luz solar en energía tiene un coste, se considera que el retorno de la inversión es rápido, por lo que incluso se recomienda su instalación y uso en los hogares.
Cabe recordar, además, que las instalaciones de energía solar requieren de un muy bajo mantenimiento. Los paneles solamente necesitan de una limpieza al año y los fabricantes garantizan 20-25 años de funcionamiento.
Por último, pero no por ello menos importante, la UE cree, además, que las fuentes de energía renovable también puede tener el potencial de estimular el empleo. Por eso, entre otros motivos, el objetivo es que de aquí a 2020, el 20 % de su consumo final bruto de energía proceda de fuentes renovables.
Fuente: soluciones integrales – blog